Independiente es noticia. Ayer, de la mano de Patricio Rodríguez que se vistió de héroe, consiguió un triunfo de visitante por 4 a 2 frente a Atlético Tucumán, hecho que no ocurría desde el 22 de noviembre de 2008 cuando, aquella vez, por la 18º fecha del torneo Apertura, enfrentó a Central venciéndolo por 2 a 1 en el Gigante de Arroyito.
El equipo visitante sufrió dos expulsiones: la de César Montigilio, autor del primer gol del partido, y la de Fabio Escobar. Pero eso no provocó que el equipo tucumano jugara de contraataque ni que se metiera atrás, todo lo contrario, se hizo cargo del balón gran parte del juego con nueve hombres y tuvo las jugadas más riesgosas del encuentro.
Recién a los 19 del complemento, Darío Gandín, de un olvidable partido, empató tras errar un penal y convertir de rebote ante Lucas Ischuk, arquero del “Decano”. Luego, el Rojo, que se sintió favorecido por el ingreso de Walter Busse, se puso en ventaja por 2 a 1, tras una buena jugada en la que participaron Silvera, Busse y finalizó el “Gran Pato” definiendo en el corazón del área chica. Sin embargo, el equipo de Héctor Rivoira, por intermedio del “Pulguita” Rodríguez, empató el cotejo.
Así fue, Independiente tuvo que sufrir hasta los últimos minutos del segundo tiempo para poder llevarse los tres puntos, porque recién a los 35, Rodríguez probó de afuera del área y la colgó en un ángulo, más tarde, Nuñez sellaría el 4 a 2 definitivo que mantuvo a Gallego en su cargo: “Si no ganaba este partido me tenía que ir”, añadió.
Este triunfo, reglamentariamente es de 3 puntos, pero si se tiene en cuenta la situación en la que se encuentra el equipo, valdría el doble, ya que ganar de visitante y por cómo se ganó, el ánimo de los jugadores debe estar bastante elevado de cara al próximo cotejo.
El jueves venidero a las 18 horas se jugará la 3º fecha del Apertura y el conjunto de Avellaneda deberá enfrentar en Lanús a un rival más que difícil como lo es Godoy Cruz, teniendo en cuenta que el equipo mendocino, dirigido por Diego Cocca, domina en el historial, ya que nunca se lo pudo vencer. Ganar ampliaría la confianza de los jugadores, que partido tras partido se van conociendo cada vez más, sin embargo, todavía no se ve solidez en la defensa. El ataque es otra historia: hay más variantes y si el número diez mantiene el nivel de juego que tuvo ayer, Independiente, festejará más de lo que fracasará.
El equipo visitante sufrió dos expulsiones: la de César Montigilio, autor del primer gol del partido, y la de Fabio Escobar. Pero eso no provocó que el equipo tucumano jugara de contraataque ni que se metiera atrás, todo lo contrario, se hizo cargo del balón gran parte del juego con nueve hombres y tuvo las jugadas más riesgosas del encuentro.
Recién a los 19 del complemento, Darío Gandín, de un olvidable partido, empató tras errar un penal y convertir de rebote ante Lucas Ischuk, arquero del “Decano”. Luego, el Rojo, que se sintió favorecido por el ingreso de Walter Busse, se puso en ventaja por 2 a 1, tras una buena jugada en la que participaron Silvera, Busse y finalizó el “Gran Pato” definiendo en el corazón del área chica. Sin embargo, el equipo de Héctor Rivoira, por intermedio del “Pulguita” Rodríguez, empató el cotejo.
Así fue, Independiente tuvo que sufrir hasta los últimos minutos del segundo tiempo para poder llevarse los tres puntos, porque recién a los 35, Rodríguez probó de afuera del área y la colgó en un ángulo, más tarde, Nuñez sellaría el 4 a 2 definitivo que mantuvo a Gallego en su cargo: “Si no ganaba este partido me tenía que ir”, añadió.
Este triunfo, reglamentariamente es de 3 puntos, pero si se tiene en cuenta la situación en la que se encuentra el equipo, valdría el doble, ya que ganar de visitante y por cómo se ganó, el ánimo de los jugadores debe estar bastante elevado de cara al próximo cotejo.
El jueves venidero a las 18 horas se jugará la 3º fecha del Apertura y el conjunto de Avellaneda deberá enfrentar en Lanús a un rival más que difícil como lo es Godoy Cruz, teniendo en cuenta que el equipo mendocino, dirigido por Diego Cocca, domina en el historial, ya que nunca se lo pudo vencer. Ganar ampliaría la confianza de los jugadores, que partido tras partido se van conociendo cada vez más, sin embargo, todavía no se ve solidez en la defensa. El ataque es otra historia: hay más variantes y si el número diez mantiene el nivel de juego que tuvo ayer, Independiente, festejará más de lo que fracasará.
