jueves, 30 de diciembre de 2010

Un luchador de boina y habano



Si bien la boina lo caracteriza, no puede faltar el tradicional habano -antes de que se lo prohibiera la AFA- durante los partidos y ahora en el transcurso de las conferencias de prensa.
Antonio Mohamed es un tipo al que, sentimentalmente hablando, no le falta nada porque le tocó vivir de todo. Además, aún es joven y tiene mucho camino por recorrer y a su vez, muchas historias por narrar.
Pasó por un hecho lamentable como lo fue la muerte de su hijo Faryd y por un momento imborrable como el ascenso logrado con su gran amor, Huracán, en el 2007. También transitó desde una renuncia en Colón de Santa Fe hasta la obtención de un campeonato con Independiente. Y a partir de una decisión no tomada (casi renuncia) a ser ídolo de unos de los clubes más grandes de la Argentina como lo es el Rojo.
Así es, cambiante pero decisivo. Motivador pero constante, sobre todo con lo que tiene relación con su trabajo. Convincente en lo que hace -se arriesgó a jugar con línea de 3 ante la controversia que generó y hasta se animó a sacar a un central titular en la final de la Copa, como Galeano-. Sin embargo, le salió bien.
Cree que el esfuerzo es un tramo inevitable en el camino hacia la felicidad y en el trayecto hacia la gloria. Y no se equivoca. O al menos, así lo demuestra día a día en su labor. De hecho, su sacrificio y el de los jugadores quedó impregnado en la obtención de la Copa Sudamericana con Los Rojos de Avellaneda. Más aún, luego de agarrar a un Independiente diezmado y sin convicciones para revertirlo y resurgirlo de las cenizas, como bien dijo él.
Un hombre de palabra, lo que promete lo cumple: "Lo vamos a dar vuelta, no tengo dudas de que vamos a salir campeones", enfatizó en Brasil cuando sus dirigidos perdieron 2 a 0 frente al Goiás. No obstante, así lo hizo. En Avellaneda revirtió el resultado desde la paciencia, lo que a priori, le había pedido a la gente que tuviera.
Su familia en Santa Fe, su trabajo en Buenos Aires y su cabeza en ambos lados. Así vive el día a día y no le va nada mal. Extraña como cualquiera, llora como todos, pero trabaja como pocos. Ésa es su técnica, la cual funciona a la perfección, la que utiliza el hombre de la boina y del habano, la que utiliza el señor Antonio, el "Turco" Mohamed.

sábado, 8 de mayo de 2010

El camino


Lo recibieron de pie, con la ilusión de siempre, con la de repetir lo ocurrido en el 2002. Luego de repetidas decepciones, de años de andar errando por caminos que no conducían a ninguna parte sino a la degradación de nuestra riquísima historia, marcados por negligentes y sospechosas maniobras dirigenciales que, entre otras cosas nos llevan a jugar en un estadio a medio construir. Lo recibieron a él, aquél que nos hizo partícipes de largos festejos en Avellaneda y con la ilusión de que un gran camino se iniciaba. Sin embargo, duró poco, menos de lo pensado, pero de todas maneras ya se había sumado un logro importante a la inmensa historia del club: el 14º torneo local. No obstante, de allí en adelante, el camino fue sinuoso y con grandes imponderables en su largo recorrido, sin embargo, luego de transitarlo durante varios años, se volvió a ver una luz encendida a lo lejos, muy lejos, pero que continúa prendida que es lo más importante. Esa luz está cada vez más cerca, de hecho, semanas atrás se llegó a ver con claridad. El domingo, al doblar en una curva difícil, derrapamos, nos golpeamos duro, pero tenemos que levantarnos de inmediato y ponernos a andar, nuevamente de pie y con la frente bien alta. Adelante, que cada cada vez falta menos. Parecería que se alejó, pero la vista del ser humano no es perfecta y genera ilusiones de vez en cuando. De todos modos, hay que caminar largo y tendido para llegar cuanto antes y ver con mayor claridad la meta. Pero luego de pasar estas encrucijadas se observará nuevamente y con mejor visibilidad a aquella luz de la cual estamos pendientes en esta larga caminata. Claro está que no es un camino sencillo, para nada, todo lo contrario, pero como ha dicho el poeta Almafuerte: “no está muerto quien pelea”. No es momento para detenerse y sentarnos a un lado del camino a esperar, de nada sirve, y sería frustrante que nos alcanzaran, porque somos nosotros los que queremos llegar primeros a conocer esa tan ansiada luz que nos ilumina el recorrido. Para concretar el objetivo y para darle sombra a quienes siempre han estado detrás nuestro. La dirección es la correcta, es exactamente por la cual nos estamos dirigiendo, entonces no debemos tener temor a no encontrar la meta y menos si aún la vemos. Será cuestión de no cansarnos y apostar a encontrar lo que realmente buscamos: el fin de esta caminata.
Ojalá que Independiente siga por este camino, ya que es el único, no hay otro, no existen los atajos. Es hora de encarar hacia adelante y no parar hasta lograr el objetivo. Vamos por el lugar indicado, por eso necesitamos que Américo Gallego se quede y apueste a este equipo estas últimas dos fechas –y evite declaraciones desafortunadas-, para arrancar el campeonato que viene adelantados, por la mitad del camino, con una inestimable ventaja para llegar a la meta antes que el resto. Que así sea, depende de nosotros.

martes, 16 de marzo de 2010

Balance a mitad de campeonato


La gran interrogante que trasciende dentro de los medios y fuera de ellos es si Independiente está para ser campeón del corriente torneo Clausura 2010. Actualmente se ubica como líder con 20 puntos luego de nueve fechas disputadas: ganó seis partidos (Atlético Tucumán, Estudiantes, Racing, Tigre, River y Chacarita) empató dos: con Newell's y Godoy Cruz, ambos 0 a 0 y perdió uno solo contra Vélez por 3 a 0 en Liniers.
En el comienzo del torneo, dos lesiones en jugadores importantes como Carlos Matheu y Martín Gómez, condicionaron al equipo del Tolo con vistas a pelear el campeonato, sin embargo eso no lo perjudicó porque se las arregló con Tuzzio en reemplazo del central y al ex Independiente Rivadavia le ocupó el lugar en el banco de suplentes Federico González, quien tuvo un buen desempeño cuando ingresó. Otra lesión que se suma es la del volante salteño, Walter Busse, quien el último partido frente a Chacarita sufrió una fractura en su rodilla y se perderá lo que resta del campeonato, es decir la mitad. El reemplazante aún no se ha confirmado pero estará entre Leonel Nuñez o Federico Mancuello, según indicó Gallego en la semana.
El Rojo no goza a sus rivales, gana con lo justo, pero gana y ése es el objetivo del equipo de Avellaneda: triunfar para seguir peleando el campeonato. Es por eso que contra Racing, Tigre y Chacarita se dijo que "tiene la suerte de campeón" a lo que el hincha contesta: "tiene una defensa sólida". Esta incertidumbre se definirá a lo largo de los próximos partidos, ya que se sabrá si es una realidad que los cuatro de atrás y el arquero están haciendo las cosas bien o si es tan solo una cuestión de fortuna.
"Para ser campeón hoy hay que ganar", se eleva el canto desde la tribuna roja y al parecer no importa cómo, ya que la gente que asiste a la cancha con un triunfo está más que conforme. Sin embargo, la gran mayoría de la hinchada está de acuerdo con que si el equipo muestra pizcas de buen fútbol, el espectador se irá aún más satisfecho con el rendimiento de los jugadores; hasta el momento esto no ocurrió, pero hay tiempo y también jugadores para lograrlo. Uno de ellos es Ignacio Piatti que es, no solo el distinto del equipo, sino del campeonato, gracias a esas pinceladas de habilidad con las que tiene acostumbrado al hincha de Independiente.
El balance de Los Rojos es positivo, no sólo porque lidera la tabla en soledad y porque ningún grande está a su altura, sino también porque tiene un gran técnico que sabe lo que quiere y unos jugadores que acatan sus consignas dentro del campo de juego. La buena relación técnico-jugador es fundamental para un buen desempeño en la cancha. A su vez, jugar como local en el estadio Libertadores de América y tener a César Luis Menotti como manager generan orden y seriedad, y eso era lo que padecía Independiente para que los rieles se mantengan en la vía. Tampoco se puede hablar de un campeonato servido en bandeja, a pesar de que los grandes no lo peleen y que varios equipos jueguen la Copa. No hay que olvidarse de la gran tarea que está realizando Godoy Cruz con Omar Asad y que los suplentes, tanto de Vélez como de Estudiantes, no son menos que los titulares de cualquier elenco de Primera. Y más aún si uno recuerda la era Troglio. Sin ir más lejos, el año pasado, en el Apertura 2009 a esta instancia del certamen Indepediente se encontraba en la misma posición y finalizó cuarto.
Ilusión es lo que nadie le puede quitar al hincha, fe es de lo que abunda, por eso no hay que confiarse e ir "P a P": partido tras partido, paso a paso o piano a piano, como se lo quiera denominar. Las coincidencias existen pero no son del todo confiables, sin embargo con aquel campeonato obtenido en el 2002, hay similitudes como Silvera, Gallego, la misma cantidad de puntos a esta altura del torneo y hasta también se disputó un Mundial en ése entonces: el de Corea - Japón 2002. Este año será el de Sudáfrica 2010 ¿Existirá un Independiente campeón Clausura 2010? Nadie lo sabe, hasta el momento tiene 20 unidades y en la mitad del certamen. El tiempo y vaya a saber quién, lo dirán.

domingo, 28 de febrero de 2010

Hermosa costumbre


Sufrir y tener los dientes y puños apretados en un clásico de barrio es lógico. Comerse las uñas y esperar el ansiado pitazo final del árbitro, luego de ir ganando es normal. Pero si se tiene en cuenta que uno de los dos equipos fue claramente superior, en tanto que se cansó de crear situaciones de peligro en el primer tiempo, aunque su delantero de área tuvo una tarde para el olvido, porque de lo contrario, el encuentro hubiera terminado en goleada, uno no se podría imaginar que el gol que selló la victoria fue por la vía del penal.
Así fue, Independiente hizo demasiado para irse en ventaja en la etapa inicial, buscó el ataque por varios sectores de la cancha y de distintas maneras, sin embargo las chances claras que tuvo no las supo concretar por las definiciones erróneas de sus delanteros, que no estuvieron acertados. Algo impensado si se tiene en cuenta que uno de ellos es Andrés Silvera, un histórico y también máximo anotador del equipo en lo que va del certamen. Pero los grandes goleadores también pueden tener una mala tarde, lo que demuestra que son humanos. Asimismo después son los encargados de hacer ganar un partido crucial como lo hizo Silvera frente a Estudiantes de La Plata.
A pesar de hacerse desear, el gol iba a llegar a los 41 minutos y de penal, tras una mano en el área del jugador de Racing, Brian Lluy, Darío Gandín anotó el primer y único gol del partido que iba a desatar la euforia de los hinchas locales.
El segundo tiempo fue totalmente lo contrario y con un planteo de Américo Gallego impensado para cualquiera, ya que el Rojo se dedicó a esperar al rival e intentar jugar de contra, algo que casi no hizo. Por este motivo, Independiente se arrinconó solo en su arco y se quedó a recibir los ataques de la Academia, que afortunadamente, tampoco fueron precisos en parte gracias a Adrián Gabbarini y eso llevó a que la victoria se quedase en casa una vez más y contra el rival de barrio. Ese que da placer enfrentar porque te garantiza la hermosa costumbre de siempre: ganar y gustar.
Ahora volvimos a estar a tiro en la lucha por el campeonato, a tan solo un punto de Colón de Santa Fe, (a pesar de que Banfield aún no jugó) sin embargo con la mentalidad del primer tiempo ante Racing, va a ser difícil bajarse del barco de candidatos, porque como dijo el entrenador de Independiente, su equipo "ya no está en formación".
El próximo rival a vencer será Tigre, el miércoles a partir de las 21 horas y en Victoria. Una parada difícil para Los Diablos Rojos, pero si se quiere pelear hasta el final no queda otra que ganar. Y a eso iremos.