jueves, 2 de abril de 2009

Independiente de alegrías


Otra vez sopa. Es inevitable ver jugar horrorosamente a Independiente. Después de sus variadas derrotas frente a rivales chicos e inofensivos y no tan chicos, se puede decir que "el Rojo" no es más que un equipo sin alma, sin ganas y por sobre todo, sin sangre; eso que siempre se habló de nuestro querido club en sus épocas de gloria que ya hoy no son más que recuerdos y viejas alegrías.
Uno se acuerda de Comizzo, del "Negro" Galván, "Pancho" Sá, jugadores campeones del mundo, y al mirar la alineación de Independiente actual, es difícil de creer que esos puestos estén cubiertos por jugadores como: Moreira, Ledesma, Rodríguez, que no sólo no ganaron nada, si no que se dan el lujo de vestir la divisa roja y cobrar altos sueldos por revolear una pelota a treinta y cinco metros sin importar el destino de la misma, ya que les interesa muy poco. Hoy Independiente está lejos del buen fútbol y ni hablar del vistoso, está independizado de alegrías, de esperanzas y tantas otras cosas que se están haciendo costumbre con el correr de los partidos y de campeonatos. Todos los torneos se arrancan con una ilusión, pero claro, luego de la fecha 4, al ver los refuerzos de "jerarquía" que trajo nuestro señor presidente le hacen ver al hincha la realidad de lo que hay en el campo de juego.
Esto no puede seguir así, no nos olvidemos que es el mismo club, el mismo Independiente que salía a ganar en el Olímpico de Roma desde el minuto cero, sin importar cuál sea el rival de turno. (Es más, esa final contra la Juventus en el '73, el Rojo se ofreció de ir a jugarla en Italia, porque la "Vecchia Signora" no quería disputarla). Así fuera una copa internacional, un partido por el torneo local o un amistoso, los jugadores dejaban el alma. Hoy parece que un entrenamiento en Villa Domínico de tres horas es mucho pedir. Claro, después no pueden correr noventa minutos, es lógico.

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