domingo, 2 de agosto de 2009

Prohibido olvidar: José Omar Pastoriza

José Omar Pastoriza, oriundo de Rosario, jugó en Rosario Central y en Colón, pero más tarde se fue al Racing Club de Avellaneda, sin embargo, en la "Academia" tuvo un paso corto y para el olvido, y el clásico de barrio decidió comprarlo. El jugador no lo dudó y en 1966 se cruzó de vereda. Poco tiempo después, una destacada actuación en Independiente como volante central le daría la titular definitiva. Luego de unos meses en el club, pasó a desenvolverse como volante por izquierda y hasta a veces de armador. Y así, con el “Pato” en diversas posiciones, el Rojo obtuvo los campeonatos de 1967, 1970, 1971 y la segunda copa Libertadores hasta ese momento: la de 1972. Ése mismo año viajó a Francia para incorporarse al Mónaco y rápidamente consolidarse como una de las figuras irremplazables del equipo. Luego de cuatro años en el Mónaco, en 1976 regresó a la Argentina y con 33 años anunció su retiro del fútbol profesional. Asimismo, Julio Grondona, presidente de Independiente en aquel entonces, le sugirió ser el director técnico. El Pato no lo dudó y enseguida se calzó la ropa de entrenador.
La idea de Grondona no fue para nada descabellada y Pastoriza a cargo del equipo Rojo obtuvo dos campeonatos nacionales, los de 1977 y 1978 (el primero de ellos, destacado por la actuación contra Talleres con ocho hombres) y el Metropolitano más recordado por los hinchas del Rojo: el de 1983, la vuelta y la despedida al clásico rival a la segunda categoría. También logró la copa Interamericana en 1976, la Libertadores de América en 1984 y la Intercontinental el mismo año, venciendo al Liverpool de Inglaterra.
Por otro lado, según un ex dirigente del club y acompañante de Pastoriza en su etapa como entrenador, en un amistoso realizado el 31 de julio en la Doble Visera frente a Arsenal que era dirigido por otro ídolo Rojo, Jorge Burruchaga, el “Pato” se había retirado hacia el vestuario y no se encontraba nada bien, por eso, éste dirigente le preguntó si le pasaba algo, pero le contestó: “No, sólo me duele el brazo derecho” (había tenido tres infartos anteriormente) y al día siguiente fue internado de urgencia.
Finalmente, falleció el lunes 2 de agosto de 2004 a la madrugada y sus restos fueron velados en la sede de Avenida Mitre 470 y enterrados en Rosario, su ciudad natal, dejándole un profundo dolor a la familia de Independiente que siempre tendrá gratos recuerdos de él por su sabiduría en el fútbol y en la vida diaria.

Pato, eternamente gracias y danos una mano desde el cielo, que tu amado Independiente la necesita.