lunes, 11 de mayo de 2009

Nada cambia


Se sigue por la misma senda, esto no cambia y pareciera ser duradero el problema de no conseguir buenos resultados de visitante; esta vez fue Godoy Cruz el verdugo, un equipo que pelea por evitar la promoción y que, además, nos lleva tres partidos en el historial y nunca se le pudo ganar, ni siquiera como local, ya que el último partido fue empate en uno en la cancha de Racing.
“Cada vez falta menos”, dirá el hincha, rogando que se termine el campeonato de una vez, para arrancar de cero con otro plantel y un técnico ganador como lo es Gallego. Pero no hay que impacientarse, porque quedan 18 puntos en juego todavía y la próxima es contra Estudiantes y después se viene River de visitante.
Quedó demostrado que Independiente no tiene firmeza en ningún lugar de la cancha. En la delantera, Nuñez juega mejor, pero está muy solo; en el mediocampo, Pusineri es el que más pone, pero el que menos puede; en la defensa, Gioda sigue creando errores de colegio primario y en el arco, Assmann, que es el más regular del equipo, no dejó en banda a sus compañeros e hizo lo mismo en el tiro libre de Lautaro Formica: cometió el error de dejar el palo libre. Sin embargo, al arquero no se le puede recriminar nada, porque fue el salvador de muchos partidos que eran para perder y terminaron siendo empate o mejor aún, que eran para empatar y terminaron siendo victorias. La que nos espera contra un equipo que juega la Copa Libertadores, si uno recientemente ascendido nos gana con claridad 2 a 0. Estudiantes siempre fue un rival difícil para el conjunto de Avellaneda, sobre todo en La Plata, pero afortunadamente, esta vez se juega en Parque Patricios, donde el Rojo muestra la cara que se ve cada quince días: la de vencedor y de equipo con hambre. Esperemos que se vuelva a repetir y que en dos semanas se corten dos rachas: ganarle al equipo de Nuñez y ganar de visitante. El Diablo quiera que así sea.