domingo, 28 de febrero de 2010

Hermosa costumbre


Sufrir y tener los dientes y puños apretados en un clásico de barrio es lógico. Comerse las uñas y esperar el ansiado pitazo final del árbitro, luego de ir ganando es normal. Pero si se tiene en cuenta que uno de los dos equipos fue claramente superior, en tanto que se cansó de crear situaciones de peligro en el primer tiempo, aunque su delantero de área tuvo una tarde para el olvido, porque de lo contrario, el encuentro hubiera terminado en goleada, uno no se podría imaginar que el gol que selló la victoria fue por la vía del penal.
Así fue, Independiente hizo demasiado para irse en ventaja en la etapa inicial, buscó el ataque por varios sectores de la cancha y de distintas maneras, sin embargo las chances claras que tuvo no las supo concretar por las definiciones erróneas de sus delanteros, que no estuvieron acertados. Algo impensado si se tiene en cuenta que uno de ellos es Andrés Silvera, un histórico y también máximo anotador del equipo en lo que va del certamen. Pero los grandes goleadores también pueden tener una mala tarde, lo que demuestra que son humanos. Asimismo después son los encargados de hacer ganar un partido crucial como lo hizo Silvera frente a Estudiantes de La Plata.
A pesar de hacerse desear, el gol iba a llegar a los 41 minutos y de penal, tras una mano en el área del jugador de Racing, Brian Lluy, Darío Gandín anotó el primer y único gol del partido que iba a desatar la euforia de los hinchas locales.
El segundo tiempo fue totalmente lo contrario y con un planteo de Américo Gallego impensado para cualquiera, ya que el Rojo se dedicó a esperar al rival e intentar jugar de contra, algo que casi no hizo. Por este motivo, Independiente se arrinconó solo en su arco y se quedó a recibir los ataques de la Academia, que afortunadamente, tampoco fueron precisos en parte gracias a Adrián Gabbarini y eso llevó a que la victoria se quedase en casa una vez más y contra el rival de barrio. Ese que da placer enfrentar porque te garantiza la hermosa costumbre de siempre: ganar y gustar.
Ahora volvimos a estar a tiro en la lucha por el campeonato, a tan solo un punto de Colón de Santa Fe, (a pesar de que Banfield aún no jugó) sin embargo con la mentalidad del primer tiempo ante Racing, va a ser difícil bajarse del barco de candidatos, porque como dijo el entrenador de Independiente, su equipo "ya no está en formación".
El próximo rival a vencer será Tigre, el miércoles a partir de las 21 horas y en Victoria. Una parada difícil para Los Diablos Rojos, pero si se quiere pelear hasta el final no queda otra que ganar. Y a eso iremos.